lunes, 3 de julio de 2017

LO QUE EL CEREBRO ESCONDE


Hace unos días, encontré una noticia en Internet sobre una mujer que había sido operada del cerebro, para extirparle un tumor. Desgraciadamente, este tipo de operación puede considerarse "común", pero en el caso de esta persona, la operación era diferente: la mantuvieron consciente y la fueron entrevistando mientras se realizaba la operación.

(Aquí dejo el enlace de la noticia, en concreto, por si queréis leerlo: http://www.cuatro.com/cronicacuatro/entrevista-especial-quirofano-operacion-cerebro_2_2393505194.html )

Parece imposible que una persona con el cerebro abierto, sea capaz de hablar, razonar, calcular... Pero así es. El objetivo principal de mantener despierta a la persona que va a ser operada es el observar su comportamiento y sus habilidades, para asegurarse, durante la operación, que no se está extirpando o dañando un área cerebral imprescindible para hablar, contar, o moverse, por ejemplo. Si durante las preguntas que le van haciendo al paciente ven que tiene dificultades, saben que ese área no deben tocarlo, y así, pueden buscar otro lugar para acercarse al tumor, sin dañar las habilidades principales de la persona. ¿Qué sería de una persona que por quitarse un tumor, después de la operación, ya no es capaz de entender lo que le dicen los demás? ¿O un músico, que no fuera capaz de tocar? Ahí está la importancia de este tipo de intervención.

Pero... ¿cómo pueden operar estando el paciente despierto? Por algo muy sencillo, pero no poco sorprendente: a pesar de que el cerebro está lleno de neuronas (células nerviosas), no es capaz de sentir dolor generado en esa zona, sólo siente el dolor del resto del cuerpo. Porque para sentir dolor, hace falta que haya receptores de dolor (un tipo específico de células nerviosas), que son las que "avisan" al cerebro de que se está produciendo un daño en el cuerpo, y por su parte, el cerebro, a través de ciertas neuronas, recibe la información de esos receptores, la interpreta y nos avisa de que estamos sintiendo dolor. El caso es que estos receptores del dolor no se encuentran en el cerebro, y como no los hay, no hay forma de que el cerebro pueda interpretar que está siendo dañado. Por eso, una persona puede estar en una operación, con el cerebro abierto, despierto, y con un cirujano extirpándole una parte del cerebro, y no sentir dolor. 

Gracias a los avances de la ciencia, este tipo de intervenciones pueden realizarse hoy en día, asegurando al paciente, que tras la operación, podrá seguir realizando sus rutinas, disfrutando de sus habilidades, comunicándose y moviéndose, algo básico para la calidad de vida de las personas.

Os dejo un par de videos de operaciones que se han hecho "a cerebro abierto", mientras que los pacientes tocaban instrumentos.