Son muchas las personas a las que les cuesta conciliar el sueño. Generalmente, se debe a malos hábitos, que se mantienen en el tiempo, haciendo que el cuerpo se acostumbre a dormirse tarde y por agotamiento total. Pero cuando el cuerpo no descansa lo necesario (generalmente se recomienda entre 7 y 8 horas sueño), de forma habitual, puede producir efectos negativos en la vida de las personas. Por ejemplo, la fase REM del sueño está implicada en procesos de aprendizaje y memoria, por lo que puede implicar dificultades a estudiantes. También puede conllevar peor rendimiento en el trabajo, más irritabilidad, menor capacidad de atención...
El descanso es un proceso tan necesario para vivir como el beber y alimentarse, por lo que unas malas costumbres pueden perjudicar gravemente a nuestro bienestar, sobre todo, si se mantienen a lo largo del tiempo. Además, debemos tener en cuenta que, con el paso de los años, pueden ir apareciendo problemas de insomnio, por lo que es importante tener buenos hábitos de sueño desde el principio, ya que evitaremos que el insomnio aparezca en nuestras vidas antes de tiempo.
A continuación, os dejo varios ejemplos de cosas que no es recomendable hacer justo antes de dormir, puesto que interfieren directamente con el descanso:
- Ver películas o series de miedo, o que nos generen emociones fuertes, porque nos activan, nos despejan.
- Mirar redes sociales en el móvil: por dos motivos, la luz de la pantalla, nos despeja y, a parte, mirar las redes sociales es una actividad que no acaba nunca. Puedes seguir y seguir durante horas, y no eres consciente de cuánto tiempo llevas mirándolo, por lo que si lo haces antes de acostarte, retrasarás el momento de dormirte de forma indefinida.
- Jugar a videojuegos. Es una actividad que nos despeja, y que nos tensa, aunque nos parezca divertido, porque el objetivo del juego cuesta alcanzarlo, e intentamos lograrlo, una y otra vez. Eso nos mantiene despejados y atentos a cualquier estímulo, para reaccionar a tiempo en el juego.
- Tomar bebidas con cafeína, teína... aunque nos parezca que no nos ponen nerviosos, hacen que nuestro cuerpo esté activo, por lo que nos costará algo más conciliar el sueño, aunque nos parezca que no nos influye.
- Cenas copiosas: una digestión difícil interfiere en el descanso.
- Discutir: es algo que no podemos controlar completamente, pero si ocurre, siempre podemos solucionarlo, intentar resolver la discusión y llegar a un punto de acuerdo antes de dormir. Las emociones negativas fuertes, el enfado, hace que nos tensionemos, y es justo lo que debemos evitar.
- Hacer tareas pendientes con prisas: las prisas no ayudan a conciliar el sueño. Si justo antes de acostarnos, hemos estado haciendo algo muy deprisa, generamos en nuestro cuerpo una activación que va a seguir existiendo al ir a dormir, y que nos puede dificultar coger el sueño.
Por tanto, siempre es mejor dejar este tipo de actividades para unas horas antes de acostarnos. Así, daremos a nuestro cuerpo cierto margen de tiempo para que pueda relajarse antes de acostarnos.
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