Acaban de terminar unas fechas en las que se prima el amor, la bondad, el reencuentro, el perdón... A veces, es complicado acercarse a aquellas personas que nos han hecho mucho daño, justo por lo cercanas que eran y la confianza que teníamos en ellas. Podemos intentar perdonar a otros. Pero, ¿nos perdonamos a nosotros mismos? ¿Somos capaces de entendernos? ¿De apoyarnos? ¿De darnos cariño y compasión?
Hay una parte de Mindfulness dedicada expresamente a esta idea: la autocompasión. Se trataría de generar en nosotros mismos sentimientos de amor, compasión, amabilidad y bondad, buenos deseos
hacia nosotros mismos. Pero no nos confundamos: la compasión no es pena. "La compasión es la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sufrimiento" (definición recogida en Wikipedia).Igual que trataríamos con cariño a un ser querido que se siente triste, culpable, arrepentido, preocupado... Decirnos eso que le diríamos a otro para que se sintiera mejor, o simplemente comprendido y acompañado en su sufrimiento.
Una vez oí decir a alguien que la única persona que nos acompaña toda nuestra vida, desde que nacemos hasta que morimos, somos nosotros mismos. Cuidémonos. Démonos el cariño que necesitemos. Seamos el mejor compañero de nuestra vida.
Pero no es algo sencillo. No nacemos sabiendo hacerlo, y muy pocas veces nos enseñan. De hecho, solemos aprender a ser exigentes con nosotros mismos, igual que lo son otras personas con nosotros. Crecemos escuchando las críticas de los demás, teniendo discusiones con otras personas... y es muy fácil que aquello negativo que nos dicen se nos quede grabado. Pero también crecemos con personas que nos quieren, nos cuidan y nos apoyan. Aprovechemos toda esa experiencia para querernos a nosotros mismos.
¿Cómo podemos hacerlo?
Hay varias formas de practicar Mindfulness que pueden ayudarnos a sentirnos mejor cuando tenemos emociones negativas. El primer paso, es darnos cuenta de que nos sentimos mal, escuchando las señales de nuestro cuerpo y nuestras emociones. Después, podemos...
- Practicar ejercicios guiados sobre las emociones: nos pueden ayudar a entender y aceptar nuestras emociones. Por ejemplo, el siguiente
- Practicar ejercicios guiados sobre autocompasión. Estos ejercicios van dirigidos a generar ese cariño hacia nosotros mismos. Hay distintos ejercicios (Tonglen y Metta).
- O, simplemente, dirigiéndonos el cariño que necesitamos. Por ejemplo, diciéndonos aquello que le diríamos a un amigo que se sintiera mal; abrazándonos; haciendo cosas que nos relajen y nos hagan sentir bien; aceptando que no somos perfectos y dándonos los respiros que necesitemos (un baño caliente, una siesta, leyendo, ver una película, etc)... Otro ejemplo puede ser: cerrar los ojos, imaginarnos que nos desdoblamos enfrente de nosotros, cogernos de las manos, decirnos palabras de cariño y compasión, y terminar con un largo abrazo al otro yo. Permitirnos llorar, permitirnos equivocarnos y permitirnos ser merecedores de perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario