martes, 5 de septiembre de 2017

APRENDIENDO A CUIDARME


Dedica un minuto a pensar esta pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo para sentirte bien? ¿Ha sido hoy? ¿Ayer? ¿Esta semana? ¿La anterior? Si recuerdas ese momento, eres afortunado: eso significa que no fue hace demasiado tiempo. Muchas personas ni siquiera recuerdan cuándo fue la última vez... O no lo han hecho nunca. Piensan que lo importante es rendir, conseguir objetivos, ser el mejor, que todo esté perfecto, y no piensan en sí mismos, en lo que ellos necesitan o lo que su cuerpo necesita. Si, en algún momento de tu vida, aunque fuera hace mucho tiempo, has dejado algo importante por tu propio bienestar, físico o emocional, siéntete orgulloso: has hecho lo mejor que podías hacer.

Como ya comenté en una entrada anterior (enlace a la entrada), la única que persona que está con nosotros a lo largo de toda nuestra vida, desde que nacemos hasta que morimos, somos NOSOTROS MISMOS. Sin embargo, muchas veces cuidamos más a los demás, de lo que nos cuidamos nosotros. ¿Cuántas veces le preparamos la comida a otra persona? ¿Cuántas veces nos quedamos de noche cuidando a nuestros hijos porque están enfermos? ¿O cuántas veces nos preocupamos por acompañar a nuestros mayores al médico o de que no le falte nada en casa? ¿Y a nosotros mismos? ¿Cuántas veces dejamos de ir al trabajo porque tenemos cita con el médico? ¿O cuántas veces hemos dejado un trabajo porque no lo aguantamos más? ¿O cuántas veces paramos para hacernos un buen cocido? Pocas veces invertimos tiempo en nuestro bienestar o arriesgamos por nosotros mismos. Y ¿por qué? Porque nadie nos enseña a cuidarnos. De hecho, si una persona mira por sí mismo, se le puede tachar de egoísta. Parece que lo último, siempre, tenemos que ser nosotros mismos. Pero esto, lo único que hace es sobrecargarnos, a notros mismos y a nuestro cuerpo. Estamos peor, rendimos peor, nos relacionamos peor...

Así que vamos a ver un ejercicio que nos puede ayudar a cuidarnos:

Por la noche, para un momento, y piensa en cómo estas. ¿Cansado/angustiado/preocupado/hambriento/con sueño/ con dolor/enfermo/enfadado/irascible...?
Si esto te pasa, coge un folio y escribe, al menos diez actividades que te gusten. Pueden ser cosas como: hacer ejercicio físico, tumbarme un rato a descansar, meditar, hacer yoga, pintar, jugar, hacer pasatiempos, llamar a un amigo, ver vídeos en internet, leer una novela, escuchar música, ver la televisión... La única condición es que esa actividad te haga sentir bien. Por ejemplo, no vale quedar con un amigo si siempre terminas discutiendo con él o sólo habla él, o te critica constantemente... O si cuando pones la televisión, ves las noticias, que suelen tener únicamente, malas noticias que nos generan malestar... Recuerda: cualquier cosa vale siempre y cuando TE HAGA SENTIR BIEN.

Un vez que tengas escrito en un folio esa lista, ponlo en un sitio donde lo tengas a mano. Así también te acordarás con más frecuencia de preguntarte cómo estás. Siempre que te encuentres mal, física o psicológicamente, lee la lista, y piensa cuál de las actividades te apetece más. Cuando lo tengas decidido: HAZLO. Pero mientras lo haces, no pienses en si te viene bien o no, si te relajas o no, si te cambia el humor o no. Sólo, disfrútalo, vive la experiencia, y olvídate del resto. Apaga el móvil, diles a quien estén contigo que te dejen solo un rato... lo que haga falta para que puedas estar tranquilo. la Idea es que lo DISFRUTES, cualquier cosa que te interrumpa, evítala.

Coge la rutina de ver cómo estás todos los días y de hacer lo que mejor te venga en ese momento. A lo mejor ves, a largo plazo, que algo va cambiando en tu forma de actuar o ver las cosas... A lo mejor, te das cuenta de que eres lo más importante para tí, y que si te cuidas como mereces, puedes estar más relajado, lograr más cosas y comportarte mejor con los demás...

PRUÉBALO


No hay comentarios:

Publicar un comentario