domingo, 16 de octubre de 2016

CUANDO TE DICEN "NO PUEDES"

A todos nos ha ocurrido alguna vez que alguien nos ha dicho que no podríamos lograr algo. Todos tenemos sueños, metas, ilusiones que alcanzar, pero, a veces, tenemos miedo de compartirlas con los demás por esa frase que convierte nuestras metas en humo: "no lo vas a lograr" o "eso es imposible/muy difícil". Cuando nos dicen esto, empezamos a dudar, desconfiamos de nosotros, y de la viabilidad de nuestro proyecto. Y la duda puede ser esa grieta que va creciendo lentamente hasta convertirlo todo en pedazos.

Estamos acostumbrados a creernos lo que los demás nos dicen. Crecemos oyendo que somos buenos en algunas cosas... pero, generalmente, nos dicen más veces aquello que se nos da mal. Si algo se nos dio mal la primera vez y nos lo dijeron, la siguiente vez creeremos que ocurrirá lo mismo, y lo haremos con miedo, lo que no nos ayuda a mejorar. 

Si en el colegio se nos daba bien plástica, pero mal inglés, nos apuntaban a clases de inglés, pero no a pintura. Y, a la larga, terminamos pensando que aquello que se nos da mal no podremos mejorarlo nunca. Si nos cuesta el inglés de pequeños, aprendemos a que no nos guste. Porque no es, simplemente, algo más que hacemos en el colegio, es eso que tenemos que ir a hacer después del colegio, y que se nos da mal, y que nos cuesta, y se convierte en una obligación, en algo que no nos aporta nada positivo, pero por lo que tenemos que esforzarnos a diario. Perdemos toda motivación y rendimos menos. Y así, aprendemos que hay cosas en la vida imposibles para nosotros. 

Aprendemos que no tenemos ciertas habilidades, y lo convertimos en alguno interno, algo propio de nosotros mismos: pensamos que somos torpes, mediocres, simples... y que no podemos cambiarlo. Así, cuando tenemos que enfrentarnos a nuevos retos en nuestra vida, pensamos en esas limitaciones que tenemos: "soy tímido... no se me va a dar bien la entrevista..."; "quiero empezar un negocio... pero soy un negado para las cuentas...". Nosotros mismos nos cortamos las alas, creamos muros altísimos ante nosotros que creemos que no podemos superar, pero ni siquiera nos acercamos para ver si podemos treparlos o no. Y no nos damos ni cuenta de que quizá podemos pasar esos muros de otra forma...

Todos tenemos habilidades. Todos somos buenos en algo. Pero generalmente, nos olvidamos de ello. Quizá no se nos den bien las cuentas, pero podemos buscar a alguien que nos explique o nos ayude con ello. Quizá seamos tímidos, pero podemos tener un buen curriculum/experiencia que nos avale en la entrevista. Y lo más importante de todo: tenemos MOTIVACIÓN. No hay nada que nos haga crecer tanto como el tener ganas de lograr algo. Por mucho que tengamos que trepar, por mucho que nos duelan las yemas de los dedos o se nos cansen los brazos, o nos caigamos, si estamos motivados: llegaremos. No importa caerse, y mucho menos cuántas veces pase eso. Podemos seguir intentándolo, y lo conseguiremos. Cada vez que nos caigamos, será una lección de algo que no debemos hacer la próxima vez. Nos ayudará a hacernos más fuertes y experimentados, y el siguiente intento, será mejor. Y es que hay algo que no sabemos: podemos cambiar. No somos personas iguales a lo largo de toda nuestra vida... si no que aprendemos, crecemos, nos adaptamos y adquirimos nuevos comportamientos... formas de pensar... Pero no nos damos cuenta de ello. Cambiamos despacio, y no percibimos esos cambios. Por eso pensamos que no podemos cambiar. Pero todos cambiamos, cambia nuestro cuerpo y cambia nuestro cerebro.

Y otra cosa que nos suele echar para atrás es el compararnos con los demás. Crecemos viendo cómo nuestros compañeros sacan mejores notas sin esfuerzo. Vemos a familiares chulear de lo buenos que son sus hijos. Nuestros padres nos comparan con nuestros hermanos o primos. Y aprendemos que hay cosas que hacemos mal porque otros las hacen mejor. El que algo nos cueste más que a los demás no quiere decir que seamos peores que ellos, sólo demuestra que nosotros somos fuertes y valientes, porque seguimos intentándolo. El que algo sea difícil y se intente, demuestra motivación, tenacidad, valor. Es tomar el camino largo pero el que más nos puede llenar y hacer rica nuestra experiencia. No nos quedemos en el camino fácil por miedo, porque cuando lleguemos al final, nos acordaremos de ese otro camino que podíamos haber tomado.

Si quieres hacer algo: hazlo. No preguntes. No dudes. No te rindas sin empezar. Anda, lucha y pide ayuda si lo necesitas. Es la única forma de llegar a donde queremos. Nadie andará por ti. Sólo tú puedes lograr tus sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario